Es dos veces más mortal que la obesidad y tan peligrosa para la salud como fumar una cajetilla diaria de cigarros. Aparte de esto, es una crisis de salud pública. Sin embargo, es una experiencia humana común y tiene una cura sencilla y casi, casi gratuita.
La soledad puede ser definida como un sentimiento, aunque también es una enfermedad. Es perfectamente normal, porque consiste en un problema que aqueja a los humanos en algún momento de su vida. Si se convierte en algo crónico es profundamente dañina.
¿Cuáles son los síntomas de la soledad?
En casos de soledad crónica hay un rango amplio de señales y síntomas como:
- Imposibilidad de conexión con las demás personas.
- Baja autoestima.
- Muchas dudas negativas. La persona se pregunta si es lo suficientemente buena para determinada tarea.
- Sensación constante de no ser aceptado, por lo tanto la persona se aísla.
- Sensación de no ser apreciado, visto o escuchado.
- Cansancio y apatía, sobre todo al momento de socializar.
Una de las peores consecuencias de la soledad es que incrementa los niveles de cortisol en el organismo. A la larga, el exceso de esta hormona produce sobrepeso, inflamación, problemas para concentrarse y resistencia a la insulina. Aparte aumentan las probabilidades de generar depresión, diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas, hipertensión, y trastornos de sueño.
Según un estudio realizado en 2014, la soledad crónica vuelve al cáncer más mortífero, nos hace envejecer más rápido, debilita al sistema inmunológico y hace que el Alzheimer avance con más velocidad.
¿Quiénes se sienten más solos?
Erróneamente se cree que las personas con menores capacidades para socializar son las que se pueden sentir más solas o aisladas. Sin embargo, diferentes estudios han demostrado que las competencias y capacidades sociales no salvan a ninguna persona de sentirse solo.
¿Has escuchado de personas que se sienten solos
a pesar de estar rodeadas de miles de personas?
¿Has conocido personas admiradas y populares,
pero que no consideran a nadie su amigo?
La soledad crónica es un problema de salud pública que no distingue entre género o edad. En Estados Unidos el 46 por ciento de su población se siente sola. En Reino Unido, es el 60 por ciento de sus habitantes de 18 a 34 años. A pesar de que en México no hay datos concretos, los estudios realizados en Reino Unido y Estados Unidos consideraron a personas de diferentes culturas, entre ellos latinos.
Por grupos etarios, se detecta más soledad entre los adolescentes y los adultos mayores. Durante la adolescencia es un proceso normal puesto que el individuo está descubriendo sus gustos y principios. Todavía no sabe en qué grupo quiere encajar. En la adultez se relaciona con el fallecimiento de los miembros de los círculos sociales de la persona que se siente sola. Encima los adultos mayores, generalmente, tienen más tiempo y menos energía.
En cualquier caso o a cualquier edad es posible dejar de sentirse solo. Más allá, es una necesidad que se debe atender, porque es biológica y repercute sobre nuestro bienestar.
La soledad y su aspecto biológico
Nunca antes habíamos estado en un mundo con tantos puentes de conexión entre nosotros. ¿Pero realmente los usamos o hemos postergado una necesidad biológica? La soledad se debe a la imposibilidad de conocernos y de mostrarnos vulnerables con los demás.
Como humanidad, tenemos la necesidad de pertenecer y de estar en un grupo. Hace miles de años ser rechazado era peor que enfrentarse a un animal salvaje. Con el respaldo de un grupo tenías más probabilidad de sobrevivir a la vida nómada y los constantes riesgos. Por esto es que la soledad literalmente nos duele. Este dolor es un mecanismo de alerta por parte del cerebro para que busquemos un espacio dentro de la comunidad.
¿Cómo no sentirse solo?
¿Recuerdas que te dijimos que la soledad tiene una cura casi, casi gratuita? Es real. La manera más fácil y económica es acercándote a tus seres queridos y abrirte con ellos. Acude sin expectativas, no esperes que accedan a tus invitaciones, o que te contesten inmediatamente que sí. Todos tenemos compromisos y es válido. Sigue intentando sin desanimarte.
El primer paso para salir de la soledad es aceptar tu sentir y tu estado. Desde ahí puedes caminar hacia la conexión. Por lo general las personas con soledad creen que la mayoría está en su contra o que no son apreciadas.
Si conoces a alguien con soledad, hazla sentir especial y querida. Háblale sobre lo que valoras de su personalidad.
Si tienes soledad, pregúntate si no estás tomando cualquier interacción con los demás como si fuera en tu contra.
Si te sientes solo y no encuentras apoyo en los que te rodean, busca ayuda con un especialista. Es perfectamente normal lo que te está sucediendo. Lo no normal sería permanecer ahí y dañar tu salud.
La soledad y la pandemia
Son tiempos difíciles y es ahora cuando necesitamos conectar más con los otros y animarnos a mostrarnos tal cual somos. Nos falta el contacto humano y las interacciones a las que estamos acostumbrados.
Busca alternativas para acercarte a los tuyos a pesar de la distancia:
- Haz fiestas a través de videollamadas.
- Comienza una dinámica de envío de cartas con tus amigos.
- Inscríbete a cursos relacionados a temas que siempre te han interesado.
- Agenda un horario especial para llamarle a alguien y conversar.
- Incursiona en una oportunidad empresarial nueva, desde casa.
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