No hay de otra. Sin importar lo cansados que nos encontremos de la pandemia y el encierro, tenemos que seguir cuidándonos. Es una tarea personal que repercute positivamente sobre todos. Es una obligación para que logremos salir de esta situación global.
Recientemente la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros expresó que si los hospitales están saturados, las aseguradoras no están obligadas a encontrar y garantizar lugares y asistencia para la masa asegurada.
Hasta hoy en la región del Valle de México se encuentra el epicentro de la pandemia y el principal abarrotamiento y desabasto médico. Los hospitales están saturados.
Al 14 de enero, la cifra de muertes oficiales debido al COVID 19 en México fue de 137,916. Sumaron 1,588,369 casos.
A la par el Plan Nacional de Vacunación ya comenzó y van 329, 983 especialistas de la salud vacunados.
Es decir que posiblemente nos acercamos a un cambio contundente en la pandemia, pero no debemos bajar la guardia solo por la llegada de las vacunas. México es uno de los países más grandes del mundo con una población de más de 120 millones de habitantes.
Con un Seguro de Gastos Médicos Mayores, ¿tienen que atenderme?
En caso de tener que acudir a un hospital y encontrarnos ante una ocupación hospitalaria del 100 por ciento, el seguro de Gastos Médicos Mayores no nos asegura la posibilidad de recibir una cama, un respirador o la atención pertinente, pues el seguro indemniza los gastos realizados para lograr atender una enfermedad o un siniestro. Es decir que no tienen la obligación de que el asegurado encuentre u obtenga la atención médica.
El esfuerzo de los asesores de seguros y de las aseguradoras es incalculable y están haciendo todo lo que está en sus manos para cuidar de sus asegurados.
La Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros se mantiene en comunicación con la asociación mexicana de hospitales privados para conocer el estatus de la atención médica y mantener informada a la masa asegurada.
Como ciudadanos tenemos la responsabilidad de cuidarnos y quedarnos en casa. De no realizar fiestas y eventos, de aguantar las ganas de vernos y abrazarnos y, en cambio, de programar videollamadas y acompañarnos a la distancia.
Como nunca antes el seguro se ha convertido en una necesidad básica. No se trata de un gasto sino de una inversión a futuro. Sobre todo, el sentimiento de tranquilidad y protección que obtienes al contar con una póliza no tiene comparación.
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