Cualquier emprendedor ha vivido el desagradable dilema del costo hundido. Todo empieza cuando depositas tus sueños, esfuerzos o capital en algo... Y ese algo no funciona
El dilema del costo hundido es la actitud de no rendición ante la evidente pérdida.
Puede pasar en el mundo empresarial, el familiar, el relacional. El que sea. Está presente en todos los ámbitos de la vida, porque tiene que ver con expectativas.
Ejemplificamos el costo hundido para que detectes si lo has vivido. Imagina que emprendes una paletería. Inviertes una cantidad considerable en ella, aparte de que recibes financiamiento de otras personas.
El negocio arranca y, tras seis meses, su desarrollo deja mucho que desear. Entonces le inyectas más capital para innovar el menú, pero esto no funciona.
Tras diferentes pruebas de mejora, comienzas a desanimarte. Sin embargo, asumes que por la cantidad invertida en tu paletería, en cualquier momento empezará a irle muy bien.
Este es el dilema del costo hundido. Confundimos la cantidad de inversión de cualquier índole con la repercusión en el éxito de una empresa. También se le llama falacia, pues no hay una relación directa entre la inversión y el resultado. A veces funciona, a veces no. Y esto no depende exclusivamente de ti.
El costo hundido es:
- Peligroso, porque invertimos mucha de nuestra energía en algo que no prosperará.
- Caro, porque continuamos inyectándole capital.
- Pesado, mental y físicamente pues no dejamos de pensar en ello.
Entonces, ¿cómo le hacemos para dejar ir y proseguir? ¿Cómo cerramos la paletería? ¿Cómo cambiamos de proyecto? ¿Cómo cuidar de ti como emprendedor?
No caigas en el dilema del costo hundido
- Planifica
Ingresa en tu presupuesto una cantidad de dinero destinada a perderse, a ser el costo hundido. Cualquier plan financiero debe considerar esta posibilidad, porque siempre hay un porcentaje de perdidas. En cualquier negocio, de cualquier índole.
- Sé responsable y comprometido
Si bien es cierto que debes confiar en tu proyecto y trabajar por él, tampoco tienes que sacrificar tu reputación como empresario o emprendedor por aferrarte a algo que no está funcionando. Sé responsable contigo y comprométete con tu calidad de emprendedor. Deja ir.
- Quema todas las velas
Sabes que el proyecto no funcionó. Te lo dicen los números, tus socios y las estadísticas. Sal por la puerta grande y vende lo sobrante. ¿Cómo podrías hacer esto? Dependerá de cada negocio. A veces puedes vender partes de la infraestructura o vender máquinas o insumos. Intenta buscar capital, de este proyecto fallido, para próximas empresas.
- Establece un tope
Proponte no perder más de cierta cantidad... ¡Y no te pases! Es similar a cuando pones candados en algunas apps o servicios de telefonía. No puedes pasar más de esta cantidad o este tiempo. Si se te está dificultando cumplir con este consejo, pídele ayuda a alguien. Lo cual nos lleva al siguiente punto...
- Escucha a un experto
El amor y las ganas de que nuestro proyecto funcione, nos pueden provocar ceguera. Por eso se recomienda buscar la opinión de una o varias personas que sepan exactamente qué se debe hacer en tu caso, y que tengan bastante experiencia en el rubro en el que estás incursionando. Puede que te duela bastante lo que te vayan a decir, pero recuerda que es objetivo y que es por tu bien como emprendedor, así como por el bien de tu proyecto.
- Despídete y visualízate en otro lugar
Probablemente ya te acostumbraste a la idea de que tienes una empresa fallida. Te ves a ti mismo como un héroe que está intentando salvar su empresa. Después de todo, ya has invertido mucho tiempo, dinero y pensamiento en este proyecto. Ahora intenta verte como alguien diferente: alguien cuyo proyecto sí está funcionando y que puede incursionar en todavía más empresas. Despídete de tu empresa fallida y de una imagen personal que no quieres. Recuerda que lo que vendrá será mucho mejor.
El dilema del costo hundido es una problemática que afecta a bastante gente. Hay personas que, al no aprender a dejar ir, viven con frustración y ansiedad.
Quien debe tomar la decisión para salir de esta situación eres tú mismo, así que ¿qué esperas para dejar ir?
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